Como era de esperar, lo de Pokémon Go se nos está empezando a ir de las manos. Cuando recopilamos los mejores trucos para triunfar en este juego, ya vimos que algunos fanáticos han llegado a usar la aplicación mientras conducían. Incluso hemos sabido que un gamer cazó a un Pidgey mientras su mujer estaba a punto de dar a luz a su hijo.
Pero lo que le ha ocurrido a un hombre llamado Boon Sheridan es aún más sorprendente. Este diseñador, que el pasado viernes se descargó el juego, vive con su esposa y con sus gatos en una casa de Massachusetts de lo más peculiar. Se trata de un edificio que fue construido originalmente como una iglesia allá por el año 1800.
Pues bien, resulta que el mismo viernes se percató de algo raro cuando regresó a su casa después del trabajo. Por lo visto, su hogar aparecía en el juego como un gimnasio, uno de los lugares en los que se puede entrenar a los Pokémon y luchar contra otras criaturas.
"Pensé que era un error del juego", ha dicho Boon a BuzzFeed. En ese mismo momento, no le dio demasiada importancia. Pero a la mañana siguiente, varias personas se plantaron frente a su puerta.
Tanto se sorprendió que empezó a retransmitir la historia por Twitter, alcanzado más de 2.000 reacciones con el primero de sus mensajes. Le resultó gracioso ver que mucha gente, especialmente adolescentes y niños, empezaban a llegar en masa a los aledaños de su jardín.
De hecho, todos ellos llegaban y merodeaban frente a su casa durante unos cuantos minutos para poder entrenar a sus Pokémon.
Es más, algunas personas incluso se aposentaron en el parque que está en el otro lado de la calle en la que vive Boon
Y para más inri, conoció al tipo que era el 'propietario' del gimnasio en el juego
Sin lugar a dudas, surrealismo en estado puro, ya que el 'gimnasio' era su casa. Por el momento, Boon asegura que aproximadamente unas 50 personas se han dejado caer por su domicilio.
Precisamente por eso, empezó informarse sobre cuáles habían sido los criterios que habían seguido los desarrolladores del juego para elegir qué edificios se convertían en gimnasios. Y, por lo visto, averiguó que muchas iglesias tenían ese rol. "Nadie se molestó en comprobar y ver si se trataba de una iglesia real o si se trataba de una residencia", dijo Boon sobre su casa.
Y aunque asegura no estar "enfadado" por la situación, sí que reconoce que le gustaría "tener algún control" sobre las horas a las que recibe visitantes, ya que no le hace demasiada gracia saber que a altas horas de la noche puede haber intrusos a escasos metros de su cama.
De hecho, ha tratado de contactar con Niantic para poder informar sobre el asunto, pero en la página web no hay ningún apartado para reportar este tipo de incidencias. Aun así, espera poder hablar en breve con los desarrolladores para saber si se les puede poner algunos límites a los usuarios o si se puede desplazar el gimnasio a otro lugar que no sea su casa, sobre todo porque le preocupa la comodidad de sus vecinos.
Sin duda, la cosa es un poco 'creepy'...
giphy.com
Comentarios
Aún no hay comentarios.