Parece una escena propia de dibujos animados, pero la realidad es que se trata de un incidente que tuvo lugar en el aeropuerto de Kazán, en Rusia.
Un conductor muy ebrio se queda acorralado frente a las puertas de la terminal y sin pensárselo dos veces se da a la fuga. ¿El problema? que arranca justo en la peor dirección.
La borrachera de este hombre, que según informa el The Sun podría ser el director de una agencia de detectives, nos deja con una de las persecuciones más épicas y caóticas de todos los tiempos con unos daños materiales de unos 130.000 euros.
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